Un poco de Historia...

jueves, 17 de marzo de 2011

EXPERIENCIA POLÍTICA


Estampilla del Estado Barinas
     El 8 de agosto de 1931, se crea el Ateneo de Caracas, allí, en la planta alta de una casa, ubicada de Marrón a Cují, en el Nº 43 de la Avenida Este, propiedad del general Vicencio Pérez Soto; corriendo el riesgo que significaba intentar fundar cualquier tipo de asociación, dada la represión continua que ejercía la dictadura de Juan Vicente Gómez por temor a la “conspiración”, un grupo de mujeres convocó a un número considerable de personalidades y artistas, sin obviar siquiera a las familias vinculadas con el poder, a la fundación de lo que pronto llegó a considerarse como la República Libre de los Intelectuales; y dentro de sus actividades destacará posteriormente, la participación de Enriqueta Arvelo Larriva.
     Desde 1945 hasta 1947, ejerce breves cargos políticos como Diputada a la Asamblea Legislativa del Estado Barinas y como Diputada Suplente de la Asamblea Constituyente en 1947.

SU PRODUCCIÓN LITERARIA

1° poemario publicado

     Desde 1922, Enriqueta se entrega a una labor de intensa producción literaria. Hacia el final de esta tercera década ya era una escritora de renombre nacional, e incluso mantenía correspondencia con intelectuales extranjeros, entre ellos Gabriela Mistral y Juana de Ibarbourou. Ya se hacia necesario salir de Barinitas. Finalmente en febrero de 1930, Enriqueta se decide a visitar la metrópoli por vez primera. Luego regresa a Barinitas a trabajar de nuevo, ahora con mayor entusiasmo. Pero en 1934 ella y toda la familia habrían de soportar el terrible golpe de la muerte de Alfredo, ocurrida el 13 de mayo en Madrid.
     En 1939 edita con la Asociación de Escritores Venezolanos, su poemario “Voz aislada”, es el primero que publica, pero, el segundo que escribe.
El Cristal Nervioso, 1941
     En junio de 1941, obtiene el premio en el Segundo Concurso Femenino Venezolano, promovido por la Asociación Cultural Interamericana, con el primer poemario que escribió: “Cristal nervioso: poemas”, y un jurado conformado, por Carlos Eduardo Frías, Ada Pérez Guevara y Pedro Sotillo.
     En 1942 pública Poemas de una Pena, elegía por la muerte de su padre.
    Desde 1945 vive definitivamente en Caracas, lo cual le permite estar en contacto permanente y fortalecer sus vínculos con distinguidos representantes de la intelectualidad venezolana. En 1949 el Gobierno Nacional decide repatriar los restos de Alfredo Arvelo Larriva, y en esta oportunidad pública el poemario “Canto de recuento”, como un homenaje al regreso de los restos de su hermano Alfredo Arvelo Larriva a su patria, Venezuela.
     En 1957, publica su quinto poemario “Mandato del canto: poemas” y recibe por esa obra, el Premio Municipal de Poesía.
     En 1963, las Ediciones de la Presidencia de la República del gobierno de Rómulo Betancourt, edita póstumamente su último poemario “Poemas perseverantes”.
     Enriqueta Arvelo Larriva, publicó también algunos de sus poemas en el semanario Patria y Unión de Barinas, y en periódicos locales y regionales como El Impulso de Barquisimeto y El Diario de Carora; en Caracas, en El Universal, donde aparece en las primeras páginas de las novedades literarias y, en el “Papel literario” de El Nacional. Mantuvo también, un hermoso epistolario con poetisas del prestigio de la chilena Gabriela Mistral y la uruguaya Juana de Ibarbourou.    

INFLUENCIA POÉTICA


     Enriqueta Arvelo Larriva, estuvo Influenciada en sus inicios poéticos por su abuela materna “mamá Florinda”, y después, por su tía Atilia Torrealba Febres Cordero, quienes eran reconocida poeta en esa tierra llanera, además le enseñó las reglas básicas de la versificación y la motivó a escribir sus primeros versos. 

Alfredo Arvelo Larriva
     Adicionalmente, la intensa lluvia, la abundante vegetación de aquella Barinitas prácticamente aislada en la que permaneció la poetisa hasta 1948, la relación con una familia rica, venida a menos por los abusos de la dictadura del general Juan Vicente Gómez, las figuras literarias de varios de sus familiares y, como una sombra, la de su hermano poeta modernista y revolucionario, Alfredo. En su infancia y adolescencia, ella sirvió como correo político, maestra, enfermera, ama de casa y era útil para todo, pero siempre fue ávida lectora de los clásicos de nuestro idioma, y con gran deseo de marcar su impronta, de acompañar su soledad con su voz personal y labrada con total pasión y acabadas formas.
Alberto Arvelo Torrealba
    Su familia  sentía una verdadera pasión por la lectura y  la cultura en general, además de mantener  contacto con destacados intelectuales, entre ellos su primo Alberto Arvelo Torrealba y personas de otras regiones del país, algunos de los cuales llegaron hasta Barinitas en busca de Alfredo su hermano mayor. 
     La infancia y adolescencia transcurrieron en el típico ambiente provinciano del aislado pueblecito; si bien esta familia distinguía una verdadera pasión por la lectura, su vocación cultural, y sus relaciones con destacados intelectuales, fueron parientes de Alberto Arvelo Torrealba y personas de otras regiones del país, algunos de los cuales llegaron hasta Barinitas en busca de Alfredo su hermano mayor.
     Fue una vehemente autodidacta de las lecturas de los poetas del Siglo de Oro Español: Lope de Vega, Calderón de la Barca, Francisco de Quevedo, San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Ávila, y de los poemas del poeta nicaragüense Rubén Darío, que publicaban los periódicos de Caracas. Motivada por su hermano, nuestro esclarecido poeta modernista y revolucionario, Alfredo Arvelo Larriva, quien sembró en su espíritu según palabras de Luis Beltrán Prieto: “esa agónica sed de los poetas, que ven pasar el río y no mojan sus labios, sino que van al fondo a rescatar luceros.”

BIOGRAFÍA



Casa de Enriqueta Arvelo Larriva, Barinitas
    Enriqueta Arvelo Larriva, nace el 22 de marzo de 1886, en Barinitas, un pueblo enclavado donde se enlazan el piedemonte andino y el llano, al norte del estado Barinas, en Venezuela.
    Su padre, Don Alfredo Arvelo, hombre de Fundo y de “a caballo”, y su madre, Doña Mercedes Larriva, maestra de escuela, con quien aprendió las primeras letras; conformaban junto a sus cinco hijos, siendo la tercera de cinco hermanos (Alfredo, Mercedes, Lourdes y Aura).
    Enriqueta Arvelo Larriva fue huérfana desde muy niña, pues muere su madre cuando la poetisa apenas contaba los cinco años.
Cárcel Vieja de Ciudad Bolívar.
    Muy a principios de siglo, en 1905 exactamente, Enriqueta y la familia comenzaron a padecer por las desventuras de Alfredo (hermano mayor), quien habiéndose ausentado del hogar, se vio envuelto en un infortunado problema personal y por ello fue preso en Ciudad Bolívar, de donde fue trasladado al Castillo de San Carlos, cerca de Maracaibo, y más tarde a Caracas.
    En 1914 se casa su hermana Lourdes; y el nacimiento de su sobrino Luis Alejandro constituyó un acontecimiento de gran importancia para Enriqueta, pues él, su ahijado de bautizo, vendría a ser para ella el hijo que nunca llego a tener, como haciendo realidad el simbolismo etimológico de ¨ahijado¨ y de ¨madrina¨.
     En 1921 muere su hermana menor Aura. 
    En febrero de 1930, la poetisa decide visitar la Capital por vez primera, regresando al Llano poco tiempo después, con un mayor entusiasmo en la poesía.
    En 1934, muere su amado hermano Alfredo Arvelo Larriva, el 13 de Mayo en Madrid; y cuando son repatriados sus restos en 1949, la poetisa publica una excelente nota biográfica “Alfredo Arvelo Larriva – Noticias de su Vida y su Obra”.
    A partir de 1948, se radica definitivamente en la capital, Caracas, lo que le permitirá estar en permanente relación y vigorizar sus vínculos con reconocidos representantes de la intelectualidad venezolana.
     El 10 de diciembre de 1962, muere en Caracas, a la edad de 76 años, como había vivido, en soledad, acompañada solamente de la voz de sus poemas.